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Este diseño es un retrato artístico del luchador de kickboxing K-1, Anass Ahmidouch, en un estilo que mezcla lo gráfico, lo ilustrativo y lo expresivo, transmitiendo tanto la fuerza física como el orgullo cultural.

Lo primero que destaca es el nombre en la parte superior, escrito en letras mayúsculas grandes, firmes y de color rojo oscuro, con un efecto desgastado y salpicaduras alrededor. Esto no solo le da un aire combativo y enérgico, sino que también transmite intensidad, como si el nombre estuviera manchado de la misma sangre, sudor y esfuerzo que forman parte del deporte de contacto.

En la parte central y baja de la composición, se encuentran tres versiones ilustradas de Anass, cada una representando diferentes facetas de su identidad como luchador:

• A la izquierda, se le ve gritando con el puño cerrado, un gesto de rabia y liberación de energía, que simboliza la pasión y la ferocidad en el combate.
• En el centro superior, aparece con una postura más serena pero firme, los brazos a los costados, proyectando seguridad, confianza y disciplina.
• En el centro inferior, se muestra con el torso desnudo y un cinturón de combate, envuelto parcialmente en la bandera de Marruecos, lo que refuerza su orgullo y pertenencia a sus raíces.

La bandera marroquí, con su rojo de valentía y sacrificio y la estrella verde de esperanza y unión, envuelve al luchador como recordatorio de que lleva su país en la piel y en la identidad. Los trazos negros, enérgicos y expresivos, marcan músculos y gestos sin buscar perfección, transmitiendo movimiento, dureza y el esfuerzo propio del kickboxing. Las salpicaduras rojas que acompañan el diseño refuerzan ese dramatismo: símbolos de sangre, lucha e impacto, huellas de cada combate y de la violencia controlada que define al deporte.

En conjunto, esta obra es una declaración de identidad. Combina la fuerza bruta del kickboxing con un mensaje de orgullo nacional y cultural, mostrando a Anass no solo como un luchador, sino como un representante de su gente y de sus raíces.